A principios de año me proponía en un post, vaciar el congelador, rematar todos los tarros de cosméticos y las barras de labios. No contaba con que la Vida decidiera, hacer de mi primer propósito algo necesario y este mes ando preparando el traslado de enero y vaciando el congelador a marchas forzadas. Según van desapareciendo comida y cosméticos, me doy cuenta del ámplio stockage de cosas prescindibles que vamos acumulando.
Al capítulo de UFOs, también le he dedicado algo de tiempo y voy acabando proyectos. Este babero, lo bordé en una visita al pueblo de Sara. De ese fin de semana guardo también un gran archivo de imágenes del jardín y de los paseos.
El resto de los baberos que compré en Portugal, los incluiré en la maleta para formar parte de los propósitos del año que viene.
Releo el post de enero y me emociono con las imágenes de mi Lola suave y redondita. Afortunadamente, las buenas vivencias no ocupan espacio en el corazón así que, acumulo montañas de reconfortantes recuerdos por los que pasearme en esos tristes días en los que duele vivir.