Es una de esas frases curiosas con las que mi amiga Carmen sienta cátedra. Y estos días ando con ganas de eso precisamente, con ganas de conectarme al silencio. Después de una semana de madrugones, prisas y lluvia sin fin, siento la urgencia de ponerme ropa cómoda y disfrutar de todo lo bueno que supone quedarse en casa.
Desayunaré concentrándome en el sabor de la mermelada casera de kiwi y acabaré el libro que sólo he podido leer en los trayectos de metro. Después le daré al play y que la casa se llene de música.!!! Hay que celebrar por todo lo alto que ESTRENO DELANTAL, que me apetece cocinar algo rico y que ya queda menos para Navidad.