lunes, 30 de marzo de 2015

Rumbo al Sur

Qué rápido pasa el tiempo y qué poco lo aprovechamos… 

Salgo del metro y de camino hacia el trabajo me veo asaltada por imágenes del sol de Cádiz y de la casita que alquilamos hace un par de veranos. Debo estar necesitando escapar del mal tiempo en el aspecto más amplio.

Acabo la jornada, cojo el metro de nuevo y en el traqueteo del vagón, sueño con abrir un vino al atardecer mientras el pescado se asa en las brasas…

Llego a casa, saludo al bicho que aúlla y corre en círculos feliz por mi vuelta a casa. Ya puede correr… se ha pasado toda la tarde durmiendo en su mullido cojín.  Me siento en el despacho rodeada de telas, libros, música y revistas. Suspiro observando mi mano sobre la alfombrilla del ratón. Me la regaló una compi de clase de baile. Ojala fuera la como la de Aladino, Isabel. Me montaría sobre ella y volaría hacia el sur rumbo a la barbacoa, a la piscina y al cantar nocturno de los grillos.


La pasada semana terminé los nuevos bloques de la colcha de Sara.














domingo, 22 de marzo de 2015

El Mejor Regalo

Cansado de sonsacarme y de pasear parando en cada  escaparate, finalmente me pregunta qué quiero para mi cumpleaños. No tengo que pensar demasiado para responder: “Nada”.  Y según lo digo me doy cuenta de lo maravilloso de la respuesta.

Nada, porque no necesito nada
Nada, porque tengo tantas cosas que no ansío nada

Lo que me haría más feliz no está en ningún escaparate, ni se puede hacer a medida, ni envolver en celofán,  ni siquiera colocar en un jarrón. Me gustaría disponer de más tiempo libre. 


He terminado los baberos para la pequeña alubia de Sara. Parece que se llamará Alba. Seguro que me regalan un bono de tiempo libre y lo aprovecharé para hacerle un bonito faldón a Alba.







Si dispusiera de más tiempo, leería y vería más películas, probaría más recetas,  haraganearía al sol de la primavera en un banco del parque, quedaría más con los amigos,  cortaría un sinfín de labores, iría más al teatro, no me perdería exposiciones...

Tiempo: el gran regalo





lunes, 16 de marzo de 2015

Estadísticas Alarmantes

Un amigo solía decir que, pasear al perro es una actividad peligrosa... Estoy de acuerdo. No puedes evitar verte abordado por desconocidos que, después de darle unas palmaditas al perro, descargan un torrente de confidencias e intimidades sin el menor interés. O se sientan a tu lado en el banco mientras lees. Una vez me vi atrapada en una conversación de hora y media. No veía el momento de agarrar al bicho bajo el brazo y correr como un caco experto en  tirones de bolso. Uf... un horror.

Salgo temprano con Lola, medio dormida, sin otro pensamiento que desayunar y abrir los ojos. Se me acerca una chica y me pregunta: "tu que tienes perro seguro que lo sabes... ¿cúantos perros por metro cuadrado se pueden tener en una casa?". Incapaz de proporcionarle el dato me alejo imaginando cómo será vivir con una familia perruna tan numerosa que haya que contarlos por metro cuadrado. Uf...necesito un té urgentemente.


Así es cómo ha quedado el penúltimo bloque de la colcha. No hay prisa, luego vendrá un laborioso y largo acolchado. Espero que cuando la acabe, nadie me asalte por la calle para preguntar cuántas puntadas por metro cuadrado he necesitado dar.
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lunes, 9 de marzo de 2015

Burbujas de Felicidad

Desayuno temprano y en la ventana el color del cielo va cambiando lentamente. El olor a pan tostado llena la cocina y Lola descabeza su primer sueño tras desayunar. Unto despacio la mantequilla y la cubro con la mermelada de albaricoque al Armagnan que Mari me regaló en un anticipado regalo de cumpleaños.

Pienso en el fin de semana de sol radiante. Las temperaturas han subido 7 grados. Probablemente haya algún estudio que demuestre, más allá de toda duda, que el calor reactiva las ganas de vivir y de hacer. Tras las gafas de sol, la gente y el mundo me parece siete veces más feliz.


Comparto la alegría de Sara por la llegada de su primera nieta. Cose con avidez dos colchas maravillosas para su “pequeño garbanzo”. Este es un adelanto de la primera, prácticamente acabada y lista para acolchar. 




Son ositos de tierna mirada. Es una pena que los detalles no se aprecien en las imágenes: hocicos con relieve, el aro del chupete, el botón del zapatito…



Me como el último bocado de tostada, la cocina amarillea ya, bañada por el sol. Las burbujas de felicidad del fin de semana aún  flotan a mí alrededor. Pincho el botón de “publicar” y comienza la semana…




domingo, 1 de marzo de 2015

Primavera esquiva

 “Los  sueños son esquivos y no se dejan alcanzar”. Hablaba con suavidad mientras envolvía cuidadosamente una escultura en plástico de burbujas y la embalaba en una gran cajón rumbo a Texas. Me lo decía el mensajero de UPS, siempre con su maravillosa filosofía de lo cotidiano. Oírle era como abrir unas galletas de la suerte o leer un poema de Benedetti. Se iba siempre dejando tras él, un hueco en las estanterías de la tienda y una brillante estela de sabiduría.

Salgo con Lola, paseamos bajo el paraguas, esquivando charcos. A ninguna de las dos nos apetece demasiado. Volvemos a casa, Lola sacudiéndose el pelaje y yo, el frío del invierno. Subo la calefacción y me siento ante el ordenador para seguir archivando imágenes. Aparece una carpeta con fotos de una bolsa ya olvidada. Es gris y plata, como el día al otro lado de la ventana.






Los jacintos de la cocina también perezosean en su florecer, la primavera tarda en anunciarse. Se habrá perdido entre los frentes fríos, el granizo y los sueños esquivos…