martes, 28 de enero de 2014

Hacer o No Hacer...?

Parece que poner kilómetros de por medio ha sido la única forma de hacer un alto en el camino, y dejar de lado las interminables obligaciones. La falta de tiempo para hacer y pensar, es nefasta y acaba agotando… Aunque resulte contradictorio, en el apartado del “hacer”, incluyo y reivindico el “no hacer nada”.


Preparé una maleta simple con todo lo necesario para una semana de tranquilidad: escasa ropa, libros y la colcha para reparar mi largo abandono de la costura en el último mes.


Estos días he desayunado entre carcajadas con el humor inglés de David Knobbs y su “Caída y auge de Reginald Perrin”. Tenía un vago recuerdo de la serie (de los 80?) pero no la recordaba de una forma tan divertida.


También he terminado “Pan, educación y libertad” de Petros Márkaris. Me ha encantado su trilogía de la crisis: novela policiaca en la Grecia actual. Espero que nuestra economía siga otros derroteros, pero al paso que va…

Ya de vuelta a casa, espero con impaciencia terminar y colgar las cortinas nuevas de la cocina. En breve me comenzaré una nueva colcha con aplicaciones que fue amor a primera vista. Sííí´, lo sé… aún no he terminado de acolchar la anterior, pero queda mucho invierno y demasiadas tardes de lluvia.




lunes, 13 de enero de 2014

El Cartero Siempre Llama...

Ultimas puntadas rematando unos baberos con toque brillante y navideño. Son mis pequeñas labores cuando el tiempo de costura es escaso. Y, en este pasado mes de diciembre, las demandas externas coparon casi todo mi tiempo libre. Estaba deseosa de acabar el año, con el 2014 retorna la tranquilidad, las largas horas de lectura y…unas pequeñas vacaciones

Por otra parte, en diciembre, el cartero ha llamado varias veces a mi puerta”  y eso es  siempre motivo de alegría. Me alegro tanto… que cualquier  día  de estos dejaré de actuar  humana y racionalmente  y comenzaré  a correr en círculos ladrando de alegría como hace Lola cuando suena el timbre.

Por correo, generalmente me llegan sugerentes paquetes: unas veces son telas de China o Japón, otras algún libro de patchwork, y en las mejores ocasiones, un regalo de Carmen.


Esta vez, el sobre se había roto ligeramente y un embriagador aroma de té me alcanzó al firmar la entrega.  El paquete era una pequeña cesta de Navidad con piruletas de canela, sobrecitos con infusión del Yogui (hummm…creo voy a ponerlos en los armarios de la ropa como ambientador).


Finalmente de la bolsa con libélulas surgió  una preciosa funda de gafas de Casa Lis en Salamanca. Un museo modernista con una estupendísima colección de vidrio, criselefantinas, juguetes y mucho más…